1.- Ante la muerte de un ser querido, no ocultes tus emociones. Deja que fluyan. Comparte tu tristeza con los que te rodean. Pide ayuda, telefonea, llora. No niegues tus momentos de dolor intenso. Necesitas reconocer la pérdida. Ello señala el principio del proceso de duelo.
2.- No te avergüences de perder el control en frente a las personas que tú conoces o cuando estés solo. Llora cuando sientas la necesidad de hacerlo. Es una reacción normal ante una pérdida.
3.- No te aísles o pierdas tu trabajo. Tómate el tiempo que sea necesario para reflexionar sobre tu tristeza y confronta los posibles problemas que te esperan. No hay lugar para negar la realidad en tu proceso de duelo. Tienes que reconocer la fuerza de la pérdida y reconstruir tu vida de acuerdo con ese giro nuevo de tu vida.
4.- Anima a tus amigos y parientes a que te hablen del difunto. Si ellos no lo hacen, presiónales para que lo hagan. Necesitas hablar de él como parte de tu proceso de duelo para que llegues a terminar en un futuro con tu duelo. Ocultar la realidad prolongará más el proceso.
5.- No evites a los miembros de tu familia cercana por la pérdida. Ellos también necesitan hablar de ello para que el proceso llegue a su fin. Comparte tu dolor con ellos y así podéis lamentaros y afligiros juntos.
6.- Intenta ver al difunto antes del funeral. Si hay cosas que no se han dicho, dílas ahora. Pasa algún tiempo con él y despídete de él. Míralo y date cuenta que el fin ha llegado y que esto es la separación final.
7.- Asiste al funeral. La finalidad de la pérdida va así calando en tu ser y esto no ocurriría si tú no asistes.
8.- No construyas un altar. Construir una ermita, un santuario para tu tristeza, solo prolongará el proceso y se intensificará tu dolor a lo largo del tiempo. Reordena tus muebles. Pon su música favorita. Toca los objetos que provocarán un colapso nervioso y continúa haciéndolo hasta que la emoción expresada desaparezca.
9.-Reconstruye tu vida. Busca nuevas amistades, conoce gente e involúcrate en nuevas actividades. No reconstruyas tu vida en el recuerdo de algo que una vez existió, sino en el coraje y fortaleza que ganaste durante el proceso de duelo.