TÚ SABES QUE ESTÁS MEJORANDO CUANDO….
Hay indicios (pistas) que te ayudarán a ver que tu estás empezando a resolver tu duelo. Estas ligeras pistas puedes pasarlas por alto sino te das cuenta de su importancia. Tales indicios podrían ser:
- Cuando estás en contacto con la finalidad de la muerte.
- Cuando puedes repasar tanto los recuerdos agradables como los desagradables.
- Cuando puedes disfrutar del tiempo solo.
- Cuando puedes salir tu solo (a) a algún lugar sin llorar todo el tiempo.
- Cuando te das cuenta que comentarios dolorosos pronunciados por tu familia o amigos se dijeron por ignorancia.
- Cuando puedes desear que lleguen las fiestas.
- Cuando puedes tender la mano para ayudar a otro en situación parecida.
- Cuando la música que tu ser querido escuchó ya no te es dolorosa.
- Cuando puedes estar en misa sin llorar.
- Cuando transcurre algún tiempo en el que no has pensado en tu ser querido.
- Cuando tu puedes disfrutar de un buen chiste.
- Cuando tus hábitos de comer, dormir y hacer ejercicio vuelven a lo que ellos fueron antes de la muerte.
- Cuando ya no te sientes cansado todo el tiempo.
- Cuando has desarrollado una rutina en tu vida diaria.
- Cuando puedes concentrarte en un libro o un programa de televisión favorito.
- Cuando ya no tienes que ir al cementerio diariamente o semanalmente.
- Cuando puedes encontrar algo por el que estás agradecido.
- Cuando puedes establecer nuevas y sanas relaciones.
- Cuando te sientes confiado de nuevo.
- Cuando puedes organizar y planear tu futuro.
- Cuando puedes aceptar las cosas como son y no seguir intentando que las cosas sean como fueron antes.
- Cuando tienes paciencia contigo mismo cuando tienes “ataques de duelo”.
- Cuando tienes ganas de levantarte por la mañana.
- Cuando puedes pararte a oler flores por el camino y disfrutas experiencias en la vida que son para ser disfrutadas.
- Cuando los roles que dejó tu ser querido en la vida ahora son asumidos por ti o por otros.
- Cuando puedes canalizar la energía y el tiempo que invertiste en el ser querido e inviertes esa energía en otra parte, quizás en ayudar a otros en situaciones parecidas y hacer planes concretos en tu propia vida.
- Cuando puedes aceptar tu nueva vida e incluso descubrir un cierto crecimiento personal de tu duelo.